Las arritmias ventriculares pueden dividirse en dos tipos. Las llamadas idiopáticas, que suelen aparecer en pacientes más jóvenes, y las que se asocian a enfermedades del corazón, como haber tenido un infarto de miocardio. Estas arritmias son las más peligrosas y deben evaluarse en unidades especializadas para decidir el mejor tratamiento.
Las arritmias ventriculares idiopáticas suelen responder muy bien al tratamiento con cateterismo, que es de elección. Las arritmias asociadas a enfermedades del corazón deben tener un tratamiento individualizado, ya que a veces se benefician de fármacos, de tratamiento invasivo por cateterismo, del implante de un desfibrilador, o de varias de estas estrategias combinadas.